miércoles, 19 de agosto de 2009

A veces creo que mueva a donde me mueva no va a pasar nada que desee. Algunas noches me acuesto a dormir y no puedo evitar pensar situaciones que sólo en mi mente serían posibles porque la realidad nunca juega a mi favor.
Por momentos me siento a la deriva en el mundo. Flotando por el aire, intentando caer en algún lugar firme sin que el golpe me provoque tanto dolor pero, internamente, sé que va a doler y arder, que la herida va a tardar en sanar.
Quizás creo que ésto nunca va a terminar, que nada de lo que digas, si algún día lo haces, vaya a provocar el fin de los tiempos, o mas bien, de éstos tiempos.

Me sorprende tu ausencia, no sé porqué, ya lo has hecho pero me sorprende que sea tan firme, es como si no existieses, nadie te recordara más que yo y es duro, demasiado porque no hay nadie que te señale y pueda verte. Es como si fueses invisible... Por lo menos ante mis ojos.



Sin quererlo, mi alma se desangra

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