Y vuelve lo mismo de siempre.
Lo peor de todo es que paso a sentirme mal automáticamente CONMIGO MISMA.
Nada dura más de dos semanas, incluso menos que eso. Siempre suelo ser yo la que termina de arruinarlo todo con ese toque que me caracteriza.
Es entonces cuando deseo, profundamente, lograr cambiar esos aspectos negativos de mi persona. Me planteo las situaciones y le busco soluciones, para qué? para no seguir nada de lo que pensé. Para armar y desarmar durante horas y sentirme peor que al comienzo. Para perseguir y no dejar en paz.
Esperar... y quién sabe hacer eso?, al final, soy igual que siempre, impaciente.
Para qué esperar si al final desespero como la peor.
Entonces me veo sola y me doy cuenta de esas cosas que nunca quise saber. Esas que prefería negarme pero estan ahí, delante mio en este momento. La realidad es que ya no aguantas. Ya no ME aguantas y lo acepto. Es la derrota. Es oficial, no queres verme.
Qué hacer? Prefiero ya no plantearme soluciones. Porqué? No, no es que no las busque, es que simplemente no existen, no las hay. Soy yo conmigo ahora mismo y soy mi peor compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario