Otra de las frases normales para autoconvencerse de muchas cosas es "hay muchos peces en el agua".
Esa necesidad de reemplazo no la entiendo.
No es tan fácil pasar de un pez a otro, sepanlo.
Pero lo que estaba analiazando mientras viajaba era si realmente hay tantos como creemos. Si realmente uno tiene esa verdadera compatibilidad con todos los peces que haya en el agua y podría pasar que tenga afinidad con uno solo y que ese pez este demasiado ocupado en un arrecife lejano como para entenderlo.
No se puede saber todo de absolutamente todos los peces. Tampoco podemos ser total y completamente compatibles con todos ellos.
Creo que la realidad a veces nos lleva a pensar en estas frases armadas, tomarlas como si fuese lo único que tenemos en la vida y la guardamos como última esperanza para no morir solos después de un ataque de gula descenfrenada.
También estoy empezando a creer que no nos tomamos el suficiente tiempo para estar con nosotros mismos, conocernos, saber qué queremos, qué no. Sin embargo nos pasamos nadando en esas aguas atestadas de peces, pulpos, bagres y tiburones como si fuese lo único que nos queda, como si no pudiecemos elegir, quizás, de una pecera.
Pienso que lo mejor que podemos hacer es aprovechar la soledad en todos sus puntos. Que esta nos enseñe por mas que nos haga sufrir. Eventualmente aprenderemos a ser mejores personas, no sólo para con nosotros mismos, sino también con el resto.
Sigo creyendo que no importa cuán grande sea ese oceano, si nos encontramos en el trángulo de las bermudas o si, simplemente, es un charco en cerca del cordón. Lo importante no es la cantidad de peces, sino la calidad de los mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario