Lloré toda la noche. Se lo dije. Le importó?
No, se sabe que no, jamás le importa.
Para qué decir lo que dijo, para qué lastimarme de esa forma estando tan lejos?
Porqué insisto con algo que sé que no se puede, porque no lo supero y ya? Al fin y al cabo las cosas tienen que ser así, aunque todavía me pregunto porqué. Porqué nunca fuimos capaces de poder arreglarlo en vez de dejarlo escapar.
Creo que me estoy convirtiendo en automata. Mis días son rutinas demasiado marcadas. Nada cambia, nada es distinto. Todo es muy parecido a lo anterior. Doy los mismos pasos, las mismas sonrisas, las mismas caras.
Tan falsos estos días que siento que estoy en un mundo paralelo donde todo, todo lo que haga no vale la pena, donde todo es inservible y estúpido. Donde sólo espero morirme en un costado, llorando, como siempre...
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